“En Manos de Otros. Infancia y Abandono en la Barcelona del Siglo XV” es el título del libro de esta profesora, doctora en Historia Medieval, reconocido por este importante galardón catalán.
Cómo fue el abandono de niñas y niños en la Barcelona del siglo XV es el tema de la tesis doctoral de la profesora del Instituto de Historia Ximena Illanes y que dio origen al libro publicado por Ediciones UC, que aborda tres momentos: la escena del abandono, el cuidado de los lactantes en manos de nodrizas y el aprendizaje en casas ajenas. En cada fase surgen temas como integración y marginación, la presencia de lo femenino, y relatos de amores y desamores. La obra fue premiada por la ciudad de Barcelona en la categoría Agustí Duran i Sanpere d´Història, como un aporte a la historia de Cataluña, a su gente, a sus memorias.
¿Qué significa este reconocimiento?
Me emociona profundamente. Por una parte, debido a la relevancia que adquieren las niñas y niños abandonados, las madres ausentes, las nodrizas, el personal del hospital, los hombres y mujeres de la urbe, en un periodo en donde eran invisibilizados, algo no muy distinto a lo que ocurre hoy día. También, porque al problematizar la pobreza de una época, muestra a la población más vulnerable y vulnerada, aquella que desde mucho tiempo ha sido silenciada por la propia historiografía, construyendo un olvido sobre actores claves para el desarrollo de lo social como lo fueron -y han sido- las mujeres solas y los niños y las niñas abandonadas. Es interesante constatar cómo una investigación vinculada a estudios medievales puede hacernos eco hoy día. Para mí, esta es la importancia de este libro: el presente de Cataluña, que encuentra en el resultado de esta investigación doctoral, un granito de arena para entender su presente. Finalmente, y por todo lo dicho anteriormente, este premio me llena de alegría, Cataluña no sólo fue mi objeto de estudio, el que gracias a sus archivos me permitió aprehenderla, sino que también Barcelona fue el lugar que me acogió, donde me nutrí de nuevas ideas, donde forjé grandes amistades como mi directora de tesis Dra. Teresa Vinyoles. Este reconocimiento, también es una forma de decirles gracias por darme la oportunidad de calar hasta el fondo en su identidad.
¿Qué significa para la UC haber sido galardonada con este premio?
Creo que el que una académica de la UC reciba este reconocimiento, refleja cómo nuestra institución ha ido internacionalizándose en una sociedad cada vez más globalizada. Este es un ejemplo de muchos otros, que visibilizan concretamente el esfuerzo de la comunidad UC, para dialogar, discutir e investigar en los más diferentes ámbitos y regiones del mundo. El que las fronteras se vayan diluyendo, permite crear equipos de trabajos, redes y conexiones vitales para el avance del conocimiento, en el más amplio sentido de la palabra.
Este libro nació a partir del desarrollo de su tesis, ¿pretende seguir profundizando en este tema?
Si, este libro tiene su origen en la tesis doctoral que defendí en enero del 2011. Abordar la infancia como una categoría de análisis marcó significativamente mi evolución como historiadora, que se vio respaldado por nuestra contingencia actual: para nadie es ajeno la crisis que hoy día experimenta nuestra sociedad en lo que se refiere a los derechos humanos de la infancia. En este sentido, los dos últimos años, he ahondado más en el tema desde una temporalidad más actual conformando equipos multidisciplinarios con psicólogos, psiquiatras, entre otros; que nos permitan comprender de una manera más amplia la temática y que, a su vez, construya insumos para generar políticas que nos permitan avanzar en los derechos de las niñas y los niños. La historia no es un pasado muerto, sino que es un presente que nos da luces para mirarnos y proyectar nuestro futuro. Por lo mismo, espero seguir contribuyendo desde este campo en lo que respecta la infancia sin por ello abandonar el medioevo, como un laboratorio para el presente.
¿Por qué elegiste investigar sobre el abandono de niñas y niños en la Barcelona del siglo XV?
Es imposible responder esta pregunta sin volver a aquellas lecturas y seminarios que desde distintos prismas despertaron mi curiosidad y me removieron cuando estudiaba la licenciatura en la UC. José Marín, Claudio Rolle y Nicolás Cruz, además de otros profesores que hoy en día son mis colegas, me incentivaron a seguir mis instintos y realizar el doctorado en Historia Medieval de la Universidad de Barcelona. Son muchos los especialistas y textos que han influido en esta investigación. Destaco La Misericordia Ajena de John Boswell que trata sobre las niñas y los niños abandonados desde la época romana hasta fines de la Edad Media. Este autor proponía que las formas de abandono eran relevantes, pues dejar a los recién nacidos expuestos a la intemperie, en las puertas de una casa o iglesia, tenía un impacto diferente sobre ellos en relación a quienes llegaban a hospitales especializados para ello; estos últimos llevaban consigo el estigma de la marginación porque toda la población conocía a las niñas y niños institucionalizados. Lo que nunca supo Boswell, que por el contrario, la fascinación que me provocó el texto instaló en mi horizonte un desafío mayor que terminó nutriendo el proyecto doctoral. A esto se suma la información que llenaba las estanterías del Archivo del Hospital de la Santa Creu y San Pau en Barcelona. Ese encuentro con los manuscritos y volúmenes sobre expósitos y nodrizas, me activaron los sentidos: tanto la riqueza de la información como su materialidad, esto es, la tipografía en donde las palabras se entrelazan, la encuadernación que atesoraban las hojas de una fragilidad social y el mismo archivo, un espacio que acogió a estas mujeres e infantes desamparados. Fue amor a primera vista.
¿Ves alguna similitud con la situación de la infancia en el Chile actual?
Sí, la vulnerabilidad a la que han estado expuestos las niñas y los niños es histórica. Uno puede constatar cómo a partir de las transformaciones de las sociedades se comienza a construir una categoría como la infancia que va mejorando la condición de todos los actores sociales que son parte constitutiva de esta, una red que incluye a las madres, las parteras, la Iglesia, el Estado, etc. Es imposible no vincular estos casos a nuestra situación actual. En abril del año 2016, dictando el curso de posgrado sobre pobreza, caridad y asistencia en el Antiguo Régimen, estalló el caso de la muerte de Lissette en el Centro Galvarino dependiente del SENAME. Este caso incidió de manera espontánea en la dinámica del curso: el presente también se filtraba en nuestras conversaciones. En conjunto con el doctorando Miguel Morales, planteamos la necesidad de relevar las voces infantiles ausentes del pasado como una forma de dimensionar y entender el drama latente de la niñez de los más vulnerados de nuestro país. Esto marcó un inicio para comenzar a estudiar los vínculos tempranos que tanto han trabajado psicólogos y psiquiatras, pero que muchas veces olvidan el contexto histórico en que estos se han ido generando y mutando: ¿Cuánto hay de continuidad y ruptura? ¿Qué tanto hemos avanzado como sociedad en estas materias?.
Fui más consciente de cómo “En manos de otros. Infancia y abandono en la Barcelona del siglo XV” dialoga constantemente con nuestro presente, dando luces para comprender el impacto del abandono: los abandonados son los otros, los estigmatizados de una sociedad. En el fondo, creo que hay permanencias evidentes con la infancia más vulnerada de este país, pues las niñas y niños institucionalizados del SENAME, siguen siendo los más marginados y estigmatizados de la población.
¿A través del abandono, hay otros temas que abordaste en tu libro o que te gustaría profundizar?
Sí, el abandono infantil es una práctica que es parte del sistema social donde convergen otras instancias y agentes que retroalimentan la situación. El abandono de niñas y niños en el Hospital de la Santa Creu, por ejemplo, estuvo relacionado con diversas problemáticas, como la maternidad, las prácticas sexuales, el espacio hospitalario, el ejercicio de la caridad, la cultura material, las diversas redes de solidaridad, las emociones y lo que significó la pobreza en la época. Sin embargo, de todos estos factores las madres y las nodrizas se volvieron un tópico relevante en la investigación, por lo que puedo afirmar que el libro también es un aporte a la historia de las mujeres. No es menor que las mujeres que abandonaron a sus recién nacidos estaban en situación de vulnerabilidad y precariedad, eran prostitutas o enfermas mentales, tachadas de locas en los registros; mujeres-madres que manifestaban su dolor al dejar a sus hijos en manos de otros. También estaban las nodrizas amas de leche que cuidaban a las y los pequeños por amor de Dios, aunque algunas de ellas cobraban por amamantar estableciendo una suerte de negocio, otras en cambio eran esclavas y cumplían el mandato de sus dueños cuando la madre no disponía de leche, una práctica que se mantuvo –y en algunos casos se mantiene- hasta entrado el siglo XX. Esto significó repensar la maternidad o las maternidades existentes, reflejando las tensiones entre lo propiamente cultural y biológico, sentando las bases para dimensionar el cruce entre la religión y la ciencia médica, los imaginarios de la Virgen lactante y los ideales de los tratados médicos.