Expertos participantes de “La Ciencia que se Comunica” destacan la necesidad de formalizar instancias de encuentros que sean respetadas por los tres actores y que no sólo se den en momentos de crisis como pasó con la pandemia de Covid-19.
Durante julio y agosto, “La Ciencia que se comunica” reunió a expertos de distintos sectores de la sociedad, creando instancias para la conversación y nuevas respuestas desde diferentes enfoques. Ilustración: Conicyt.
La pandemia demostró que el trabajo entre la academia, el Estado y la sociedad civil puede brindar soluciones a graves problemáticas de forma efectiva y en tiempos más reducidos, pero ¿qué se necesita para que expertos de todos los sectores se encuentren y trabajen en pro del desarrollo de la sociedad de forma permanente?
Para el vicerrector de Investigación UC, Pedro Bouchon, “la interacción fluida es transformadora y sólo emerge cuando se genera real confianza entre los distintos actores del sistema, para lo cual el encuentro y las conversaciones que surgen son esenciales”, señaló en su columna “La investigación universitaria como base del desarrollo país”, publicada en diario El Mercurio.
“Este cambio cultural muchas veces lo moviliza el Estado a través de políticas públicas y subsidios, y dada su complejidad y constante desafío, en un contexto global altamente competitivo y dinámico, las estrategias de largo plazo son fundamentales”, agregó Bouchon.
Formalizar instancias
La arqueóloga UC, Marcela Sepúlveda consideró que es necesario “generar nuevas formas de relación entre academia- estado, estado-sociedad civil y academia- sociedad civil para que de esos diálogos fructíferos se pueda generar conocimiento útil para nuestro desarrollo, pero acorde a las realidades y necesidades de todos los actores”.
“Que esta colaboración no quede sólo una declaración. Se requiere de una política y, por ende, estrategias a corto, mediano pero también largo plazo.(…) Debe haber un diálogo permanente, respetuoso y conciliador entre las 3 entidades y que esto signifique una participación efectiva en la toma de decisiones y diseño de políticas públicas”, destacó la investigadora UC.
El director de la Estación Científica Atacama UC, Pablo Osses, coincidió que la creación formal de esas instancias y el respeto hacia su existencia son fundamentales. “Estamos como país en desarrollo recién descubriendo que podemos colaborar, que la investigación sirve de algo y que la sociedad civil tiene necesidades que pueden ser contestadas adaptando los resultados de la investigación”, dijo.
“Hay una cierta sensación que la universidad, los científicos, la investigación están totalmente desasociadas de los requerimientos de la población, cosa que no es cierto. Uno de los mejores ejemplos de que la colaboración es vital son las vacunas, sin la investigación no habría existido una solución al problema de la pandemia, es así de sencillo. La desalinización del agua es otra tecnología que surge en las universidades y se aplica a nivel industrial y social, entonces hay varios casos”, agregó el experto.
Ingeniería, diseño de alimentos, innovación gastronómica y técnicas culinarias tradicionales fueron algunos de los temas del último encuentro de “La Ciencia que se comunica” junto al vicerrector de Investigación UC, Pedro Bouchon; el chef vasco Xabier Zabala y la comunicadora científica, Macarena Rojas Ábalos.
Propuestas puntuales
Para la directora del departamento de Filosofía de la Universidad de Santiago de Chile (USACH), Diana Aurenque, “la única forma de apoyar este tipo de iniciativas, es que el Estado reconozca instancias tanto de divulgación e interdisciplinariedad como asuntos centrales del quehacer académico: para ello, no basta solo con ofrecer recursos esporádicos para ‘Vinculación con el Medio’, sino también con políticas de educación e investigación que fomenten el trabajo interdisciplinar”.
Por su parte, el director Ejecutivo de TECHO Chile y Fundación Vivienda, Sebastián Bowen comentó lo importante que son las instancias de encuentro entre academia, Estado y sociedad civil, pero destacó que “lo más relevante va a ser cuando cada una de estas distintas partes se comiencen a involucrar, de manera formal, al interior de los respectivos procesos y organizaciones de las otras partes”.
“Por ejemplo, que un curso académico de una universidad se imparta en parte por organizaciones de la sociedad civil cuando son temáticas asociadas a estas; o al interior de las organizaciones crear suerte de centros de estudio, pensamiento o de análisis que puedan también estar en colaboración con espacios académicos”, sugirió Bowen.
El destacado guionista nacional, Julio Rojas, consideró que es necesaria “una plataforma integrada, unificadora, colaborativa y dinámica, donde aquellas personas interesadas en utilizar información de alta calidad para tomar decisiones científicas puedan acceder en busca de fuente confiable, como son los portales de medicina basada en la evidencia, o como son los portales de las agencias aeroespaciales, que informan, difunden, educan, entretienen, y son el centro de encuentro de todos los actores en un mismo punto”.
Más diálogo
Para el chef vasco, Xabier Zabala, no existe una canalización fluida y constante del conocimiento hacia la sociedad en general de forma práctica y funcional. “Sí veo destellos parciales en múltiples experiencias que, en sí mismo, advierto, son innovadores, pero me falta la continuidad para lograr en muchos casos, el cambio cultural para que se estructuren como elementos basales en las personas de lo que emana del ambiente científico técnico dominante de la época que nos toca vivir”, comentó.
“Supongo que las instancias las tienen que crear las diferentes instituciones públicas, enfocadas en el desarrollo, local, regional, interregional, estatal junto a la academia, la sociedad civil y a sus grupos de interés. En simple, la academia tiene que llegar e ir a la sociedad”, agregó el experto en cocina de precisión.
Por su parte, la directora del Núcleo Milenio Arte, Performatividad y Sociedad (NMAPA), Milena Grass, señaló que “todas las iniciativas que hagan dialogar academia, estado y sociedad civil son fundamentales, porque nos recuerdan que esas mismas distinciones son artificiales; son sólo una forma que nos hemos dado para organizar la productividad en ámbitos que se valoran de distinta manera”.
“Los problemas que enfrentamos hoy en día son imposibles de solucionar si no participamos todes en el compromiso de vivir de otra manera. En este sentido, la ‘Ciencia que se comunica’ propicia un diálogo que elimina las barreras entre quienes saben, quienes tienen el poder de tomar decisiones y quienes han quedado relegados a ser meros receptores de esos saberes y esas decisiones. Esta oportunidad de establecer un diálogo horizontal que reconoce y valora la diversidad es la base para lograr un compromiso transversal con un futuro mejor”, concluyó la académica UC.
Revisa el ciclo de conversatorios de La Ciencia que se comunica a continuación: