A lo largo y ancho de Chile se encuentran seis centros de investigación liderados por académicos UC, quienes están desarrollando ciencia de punta en diferentes campos del saber. Para poner en valor la labor que realizan, se acaba de publicar un libro que presenta imágenes y testimonios de su quehacer y los territorios donde se desenvuelven.
Los académicos de la Facultad de Ciencias Biológicas Francisco Bozinovic y el Luis Larrondo, fueron nombrados miembros de la Academia de Ciencias de América Latina, tras la votación de una mayoría calificada en el consejo de esta institución.
El Presidente Claudio Bifano y el Canciller Rafael Apitz-Castro, aseguran que “la ACAL se siente muy complacida por su reciente incorporación y esperan que la participación, tanto del dr. Bozinovic como del dr.. Larrondo, será muy valiosa para generar una integración más consolidada en América Latina”.
La Academia de Ciencias de América Latina (ACAL) es una Institución científica regional con sede en Venezuela. Fue creada para honrar la memoria de Simón Bolívar por un grupo de investigadores científicos de América Latina y es la encargada de promover la cooperación entre las instituciones científicas, el intercambio de investigadores y de conocimientos científicos, las actividades científicas regionales, la realización de estudios de política científica, el interés por la ciencia y la educación científica para todos.
Actualmente la Academia cuenta con alrededor de 200 miembros de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Perú, Uruguay, Venezuela y Chile. También cuenta con miembros Correspondientes de Alemania, Estados Unidos y Francia.
El profesor Bozinovic se espcializa en las áreas de fisiología ecológica y evolutiva, y fisiología comparada. Su objetivo de investigación es entender los patrones y procesos que dan origen y mantienen la biodiversidad a nivel fisiológico y explicar cómo esta variabilidad fisiológica afecta (y es afectada) por la distribución e interacción organismo-ambiente en el espacio y el tiempo. Sus aproximaciones son transversales; cubren desde el nivel de organización molecular al poblacional, a los ambientes terrestres y acuáticos, así como a una amplia diversidad de taxa.
Por su parte, el profesor Larrondo estudia los ritmos circadianos y fotobiología, así como la genética y genómica funcional de hongos. Su objetivo es entender los mecanismos moleculares que están involucrados en la interacción de un organismo con el medio ambiente. También busca comprender como la información ambiental permite la modificación y sincronización de los mecanismos intracelulares que conforman el reloj circadiano y como éste, a su vez, es capaz de impactar diversos programas transcripcionales, regulando así la habilidad del organismo de interactuar con su entorno.