Migración, equidad de género, equidad en la educación y formación de profesores, son algunas de las temáticas que abordaron los cerca de 40 académicos que participaron en la primera versión de este encuentro, comenzando un trabajo de investigación y colaboración conjunta.
Si bien entre los años 2000 y 2015, América Latina experimentó en general un contexto socioeconómico favorable. Una mayoría de países que pasaron de un nivel de desarrollo humano “medio” a uno “alto” y la población bajo la línea de la pobreza disminuyó de un 42% en el año 2000 a un 29% en 2012. Sin embargo, varios son los desafíos que tenemos como región: casi 10 millones de latinoamericanos dejaron sus países de origen en 2017 (ONU); ese mismo año, al menos 2.795 mujeres fueron víctimas de femicidio en 23 países de América Latina y el Caribe (CEPAL); el 15% de los jóvenes de educación secundaria están fuera del sistema escolar; y más de la mitad de los escolares de la región no alcanza niveles mínimos de competencias en matemáticas y el 36% no lo hace en lectura (UNESCO, 2017/18). Solo por nombrar algunos.
Precisamente, los desafíos que afectan a nuestras democracias y a la educación del continente, son las dos temáticas que tomó el primer Foro de Universidades de Países de la Alianza del Pacífico, como un inicio de la investigación y colaboración conjunta entre ocho universidades de la región: Tecnológico de Monterrey y Universidad Nacional Autónoma de México; la Universidad de los Andes y Universidad Nacional de Colombia; la Universidad de San Marcos y Universidad del Pacífico de Perú; y la Universidad de Chile y Pontificia Universidad Católica de Chile.
“Siendo las instituciones de educación superior las principales creadoras de nuevo conocimiento en América Latina, somos nosotros -académicos, estudiantes y profesionales- los llamados a crear nuevo conocimiento de frontera y ponerlo al servicio de nuestras propias sociedades”, expresó el vicerrector de Investigación de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Pedro Bouchon, durante la jornada de cierre.
Por su parte, la vicerrectora de Investigación de la Universidad del Pacífico de Perú, Cynthia Sanborn, expresó que si bien la Alianza del Pacífico nació como una apuesta de integración económica entre los distintos países alianza del Pacífico, “este encuentro plantea otro reto: nos abre un abanico de temas que van más allá de la integración académica, que son la educación y la democracia”, afirmó, destacando asimismo la gran diversidad de instituciones participantes en este foro.
Tras dos jornadas de trabajo, los dos grupos de académicos presentaron sus principales conclusiones y acciones de trabajo para iniciar o, en otros casos, fortalecer la investigación conjunta. El primer grupo, que abordó los “Desafíos de la democracia, participación e inclusión”, busca abordar temas clave para la región, entre ellos: movilidad de personas, equidad de género, revisión de la política de drogas, corrupción, democracias de los países que conforman la Alianza del Pacífico y políticas de acción afirmativa.
Asimismo, plantearon la necesidad de visibilizar la articulación académica de la Alianza del Pacífico como un camino de fortalecimientoestratégico de la región; y resaltar la importancia de la articulación y armonización de las funciones universitarias de docencia, investigación y extensión, para garantizar el diálogo y circulación de saberes en la región, propiciando espacios de colaboración entre las universidades participantes.
“Los desafíos en educación para el futuro” fue la temática que congregó al segundo grupo de trabajo. Los académicos plantearon tres subtemas. En el primero, “Equidad, aprendizajes y mejoramiento escolar”, se busca potenciar la colaboración entre universidades y centros especializados, e investigar los procesos y mecanismos que conducen a las inequidades, así como dar voz a actores fuera de la academia.
Luego, en “Educación superior”, se identificaron algunas problemáticas que es necesario aboradar: masificación y diversidad en la matrícula terciaria; los desafíos del trabajo y la sociedad a las instituciones de educación superior; cómo provocar cambios al interior de cada institución; y cómo atender con calidad y pertinencia cada una de las realidades que se enfrentan. Finalmente, en “Formación de profesores y prácticas educativas”, se busca trabajar en la conexión entre formación práctica y teórica de los docentes; adaptación de la formación docente al currículo escolar; y el perfil de los formadores docentes.