En el marco de la firma para un nuevo convenio del proyecto ATLAS del Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés) con Chile, nos visitó Karl Jakobs, profesor de física de partículas de la Universidad de Friburgo, Alemania y principal portavoz para ATLAS a nivel mundial.
Un equipo integrado por físicos e ingenieros de la Pontificia Universidad Católica de Chile en conjunto con la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM), se encuentra fabricando detectores para ATLAS -uno de los cuatro mayores proyectos del Gran Colicionador de Hadrones- que servirán para medir nuevas partículas de una forma más exacta.
Por esta razón, Jakobs se reunió el pasado 4 de julio en la Facultad de Física con Marco Aurelio Díaz, académico de física de la Universidad Católica y líder UC de ATLAS; Ángel Abusleme, profesor asociado de Ingeniería UC e investigador ATLAS; junto a otras autoridades de la Universidad, entre ellos la directora de Investigación María Elena Boisier y Jerónimo Maze, director de Investigación y Postgrado del Instituto de Física UC.
En la reunión se revisó la participación de nuestro país en el proyecto ATLAS, donde Chile es miembro desde 2007 y colabora con 15 físicos, 9 ingenieros y un estudiante de doctorado, muchos de ellos pertenecientes a la UC. Además, se discutieron los puntos a exponer a CONICYT, donde se busca firmar un nuevo convenio con Chile para nuevas actualizaciones del gran colisionador, la llamada Fase II de ATLAS.
El miembro de la Organización Europea para la Investigación Nuclear -comúnmente conocida por la sigla CERN- aprovechó su estancia en el campus de San Joaquín para visitar laboratorios de ingeniería eléctrica, mecánica y otros laboratorios de física.
“Tanto para Chile, como para la Universidad, es muy importante poder participar del proyecto ATLAS, que está a la vanguardia en el desarrollo científico mundial”, comentó la directora de Investigación, María Elena Boisier. “La visita de Karl Jakobs así lo demuestra y creo que la buena impresión que se llevó de nuestros laboratorios y del trabajo e investigación que se lleva a cabo dentro la Universidad Católica nos sitúa como un importante colaborador de este gran proyecto”.
El Gran Colisionador de Hadrones (LHC)
Situado en la frontera franco-suiza cerca de Ginebra, el Gran Colisionador de Hadrones -un anillo de 27 kilómetros de circunferencia ubicado a 100 metros bajo tierra-, es el mayor acelerador de partículas del mundo.
Inaugurada en 2008, el LHC es una de las máquinas más complejas construida hasta la actualidad: los físicos del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) hacen chocar entre sí partículas subatómicas (principalmente protones, uno de los constituyentes del núcleo del átomo) en puntos seleccionados donde se ubican grandes detectores (ATLAS, CMS, LHCb y ALICE). Estos registran las partículas resultantes de las colisiones para estudiar los elementos que componen la materia de la que está hecha el Universo, incluidos nosotros mismos, y sus interacciones.
Sus 9.300 imanes superconductores, fundamentales para hacer girar los haces de partículas a velocidades cercanas a las de la luz, deben refrigerarse a una temperatura inferior a la del espacio exterior (-270 grados centígrados, cerca del cero absoluto); el interior del anillo es el lugar más vacío del Sistema Solar (10-13 atmósferas) para evitar que las partículas colisionen con moléculas de gas; y cuando las partículas colisionan entre sí se generan temperaturas 100.000 veces más calientes que el interior del sol.
El LHC se mantendrá operativo al menos 15 años. En ese tiempo, los científicos esperan obtener datos suficientes para profundizar en el conocimiento del origen y formación del Universo. Un gran paso en este sentido ha sido el descubrimiento del bosón de Higgs, la partícula asociada a un nuevo campo de fuerza en la Naturaleza (denominado “campo de Higgs”) que explicaría el origen de la masa de las partículas elementales.