Telescopio japonés, que será el más alto del mundo, inicia su construcción en Chile.
El pasado 22 de noviembre se realizó en el Centro GAM de Santiago la ceremonia simbólica de primera piedra del Tokyo Atacama Observatory (TAO), el telescopio de University of Tokyo (UTokyo) situado a mayor altura de todo el planeta, que se instalará a 5.640 metros de altitud en la cumbre del cerro Chajnantor, cerca de San Pedro de Atacama.
El telescopio, que cuenta con participación de la Pontificia Universidad Católica de Chile, debería ver su primera luz a mediados de 2019, aseguró el director del proyecto, Yuzhiro Yoshii. “Este observatorio tiene una muy alta importancia para Japón, porque, además de realizar investigación astronómica avanzada, será el principal instrumento para preparar estudiantes que conformarán la próxima generación de astrónomos. Será como un telescopio escuela”, dijo.
Una vez en operaciones, permitirá hacer observaciones que van desde objetos en el sistema solar hasta estudios cosmológicos.
Entre lo que queda de este año y todo el próximo se ensanchará el camino a la cima del cerro, para así poder subir las estructuras ópticas, incluyendo el espejo de 6,5 metros, que se encuentran ya listas en Japón. El instrumental se trasladará en barco a Mejillones y luego será subido en camión a Chajnantor. Como la radiación infrarroja es capaz de atravesar objetos densos y oscuros, TAO podrá analizar la radiación generada en torno a agujeros negros en el centro de las galaxias y la formación de planetas extrasolares.
Al evento de la primera piedra del que será el observatorio más potente en la frecuencia del infrarrojo, asistieron autoridades de la UC como María Elena Boisier, Directora de Investigación; además del presidente de CONICYT, Mario Hamuy, el encargado de la puesta en marcha del proyecto de TAO y astrónomo de la UTokyo, Mamoru Doi, entre otras personalidades nacionales, japonesas y extranjeras.
(Foto: Silvia Núñez, Directora de Investigación de la Universidad de Chile; Mario Hamuy, Presidente de CONICYT; y la Directora de Investigación de la UC, María Elena Boisier).