Proteger a las personas de los abusos que se pudieran realizar con la utilización de las nuevas técnicas de neurotecnología e inteligencia artificial, es lo que busca este académico de la Universidad de Columbia, considerado como uno de los cinco científicos más influyentes del mundo por la revista Nature, de visita en la universidad gracias a un encuentro organizado por el Congreso Futuro y el Senado, y la dirección de Investigación UC.
Los neuroderechos. Ese es el concepto que el científico español Rafael Yuste acuñó durante su visita a la Universidad Católica. Frente a una audiencia que llenó el salón Manuel José Irarrázaval, ahondó en su teoría sobre cómo la inteligencia artificial y la neurociencia deben respetar y preservar la privacidad, identidad, acceso e igualdad de las personas.
Yuste es doctor en Neurobiología, académico de la Universidad de Columbia, EE.UU., y creador del proyecto BRAIN (Brain Research Through Advancing Innovative Neurotechnologies), que busca investigar las capacidades del conocimiento humano, mapear el cerebro con mayor detalle y establecer medidas que protejan los pensamientos para que, en palabras del propio investigador, no sean “hackeados”. Este programa fue patrocinado por el ex Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, con 6.000 millones de dólares para su desarrollo.
Los neuroderechos, entonces -en palabras del científico- serían los nuevos derechos humanos, que buscan proteger a la ciudadanía de los abusos que se pudieran realizar con la utilización de las nuevas técnicas de neurotecnología e inteligencia artificial. Es un resguardo ante la mala utilización de estos avances científicos que estamos desarrollando.
En el encuentro -organizado por el Congreso Futuro y el Senado, y la dirección de Investigación UC-, el rector Ignacio Sánchez afirmó que lo planteado por el dr. Yuste “tiene repercusiones éticas, legales, en el área de la ingeniería, del manejo de datos, en la medicina… y qué mejor que las universidades, que tienen una gama amplia de saberes y de profesores en todas estas áreas, para poder abordar y colaborar en conjunto con el Congreso y el Gobierno, para crear una plataforma de discusión y análisis en que podamos vincularnos de manera internacional con este proyecto”.
Después de la charla, “Las nuevas neurotecnologías: implicaciones científicas, médicas y sociales”, se realizó un panel de discusión para analizar las distintas aristas, conformado por los académicos de la Universidad Católica Luca Valera, del Instituto de Filosofía; Francisco Aboitiz, director del Centro de Neurociencias UC, y Paulina Ramos, profesora de la Facultad de Derecho; y Diego Cosmelli, académico de Psicología y director de Doctorado, como moderador. El diálogo se centró en torno al dilema ético que reviste el avance tecnológico de la medicina y cómo esto afecta y/o resguarda las garantías de los pacientes.
Durante su visita a la UC, el dr. Yuste recorrió el laboratorio de los académicos Francisco Aboitiz, Pablo Fuentealba , Sitaram Ranganatha y Tomás Ossandón, para conocer la investigación en neurociencias que se realiza en la universidad. Así también, al concluir la conferencia, sostuvo una reunión con estudiantes de doctorado de Neurociencias.
Entre las distinciones que ha obtenido por su trabajo están el premio al Joven Investigador del Alcalde de Nueva York, el de la Sociedad Americana de Neurociencia, el de Investigador Pionero del Director de Institutos Nacionales de salud, NIH (por su sigla en inglés), el Telva de Ciencia, el Hero de la Fundación Querer y el Eliasson al Liderazgo Global de la Fundación Tallberg. Además, es académico honorario de las Reales Academias de Medicina y de Ciencias Naturales y Exactas de España; y en 2012 fue nombrado uno de los cinco científicos más influyentes del mundo por la revista Nature. Su trabajo se ha centrado en el funcionamiento de la corteza cerebral y cómo ésta se daña con la epilepsia y enfermedades mentales; y la adopción de reglas éticas para la neurotecnologia y la inteligencia artificial (los “neuroderechos”) y su incorporación en la Declaración Universal de Derechos Humanos.